Sigamos ejercitando nuestros ojos, relajemos los músculos que mantienen nuestra vista fuerte y lozana. Y ahora, liberemos esas contracturas con la ayuda del yoga.
Cerremos los ojos y relajémonos. Ahora muy lentamente abriremos los ojos sintiendo como poco a poco el párpado superior es el que se despega del inferior. Lentamente ejecuta este ejercicio entre 5 y 10 veces hasta que el parpadeo se sienta relajado de manera natural.
Ahora pellizquemos la parte que se encuentra entre el párpado y la ceja para soltar las contracturas. Este ejercicio debemos hacerlo empezando del entrecejo hacia afuera. Inhala profundamente cuando sujetes y exhala cuando sueltes. Hay que repetir este ejercicio entre 3 y 5 veces.
Usa ambos dedos índice para ejercer una pequeña presión a la altura de los lagrimales, lo suficiente para relajar los músculos y no tanto como para que se te suba a la cabeza la contractura.
Ahora, ya podemos continuar el día revitalizados.