4 formas de relajarse y desconectar al llegar a casa

Cómo desconectar al llegar a casa

Desconectar al llegar a casa. ¿Parece fácil, verdad? Lo cierto es que no lo es. Muchas personas reconocen tener problemas para evadirse de la rutina una vez terminada su jornada laboral. Y es que tras un largo día de trabajo, de reuniones, compromisos, imprevistos de última hora,es muy difícil desconectar en unos minutos y entrar de lleno en nuestra vida personal cuando salimos de nuestro lugar de trabajo.

Nuestra mente no funciona como un interruptor. No podemos pedirle que cambie de prioridades de un momento a otro. Por ello, debemos ejercitar a nuestro cerebro para conseguir relajarse y desconectar al llegar a casa. Adquirir buenas prácticas que nos permitan cambiar el chip en casa para disfrutar también de nuestra vida privada, ya sea en solitario o con nuestra pareja o nuestros hijos.

Técnicas de relajación al llegar a casa

El nivel de cansancio que vamos acumulando a lo largo del día es considerable. Por ello, es  imprescindible que aprendamos a descansar y relajarnos, a “quitarnos peso de encima”. Vamos a proponer distintos remedios para que al llegar a casa hagamos algo que nos ayude a aliviar la tensión. No es necesario que sea algo muy complicado, sino algo que te ayude a hacer la transición entre ese estado de estrés, preocupaciones y nervios, a un estado de completa tranquilidad y bienestar interior que se traduzca en tener un tiempo de desconexión total.


A continuación, te presentamos algunas técnicas de relajación al llegar a casa para que consigas desconectar del trabajo y del ajetreo diario:

  1. Descalzarse. Nos pasamos toda la vida con los pies envueltos en varias capas. Más allá de la contaminación acústica, de la limpieza y de la comodidad. Andar descalzos, al menos un rato al día es muy beneficioso para nuestro organismo. Nos permite estar en contacto directo con nuestro cuerpo. Cuando andamos descalzos nuestros pasos no se moldean. No se adaptan a ningún zapato ni superficie. 
  2. Dar una vuelta. Un paseo diario de 20 minutos es algo muy fácil de poner en práctica y merece la pena hacerlo, ya sea solo o en compañía de quien tú quieras. El cerebro se oxigena y se relaja, obtiene nuevos estímulos. Si somos constantes y lo hacemos cada día, funciones tan básicas como la atención, la memoria y el procesamiento de la información mejorarán notablemente. Caminando estaremos llenándonos de emociones positivas capaces de hacer frente a una depresión. Caminar aumenta la fuerza de nuestro corazón y su capacidad para bombear sangre. Algo tan sencillo como salir a andar cada día puede prevenir la osteoporosis. Nunca es tarde para empezar, te aseguramos que tu vida mejorará.
  3. Escuchar música relajante. Siempre que se escucha música se libera dopamina, sustancia responsable de proporcionar una sensación bienestar. La música, en general, aporta numerosos beneficios. Además de ayudar a relajar la mente, la música supone una ayuda excepcional para relajar la mente al llegar a casa: mejora el humor, desarrolla la capacidad de atención, favorece la imaginación, estimula la concentración y la memoria a corto y largo plazo, facilita el aprendizaje y ejercita la inteligencia.
  4. Leer antes de ir a dormir puede ser una buena manera también, lo mismo que jugar o labores de jardinería o bricolaje en el hogar entre otras muchas. Siempre con constancia. La verdadera maestría en algo consiste en ser repetitivo.