Los calambres musculares suelen aparecer en personas que practican deportes, y en general a gente vinculada a las actividades en las que hay que realizar movimientos repentinos, y probablemente bruscos.
Sin embargo, esto no libra de los calambres a todo el resto de personas, que siguen teniendo motivos para preverlos. Una mala circulación, la falta de ejercicio, no mantener una buena alimentación, o algo tan simple como permanecer en una posición incómoda por mucho tiempo, puede causar una contractura de los músculos que no queremos padecer.
A partir de lo anterior debemos tener en cuenta que es de vital importancia para cualquier persona, sea de la edad o condición que fuere, hacer una serie de estiramientos al empezar el día y previos a recostarse para dormir. Los calambres no distinguen entre las personas, y aparecen cuando descuidamos nuestro cuerpo y no le damos el cuidado que merece.