Estos son los alimentos más perjudiciales para el hígado

¿Qué alimentos pueden dañar el hígado?

En ocasiones, ingerimos alimentos que pensamos que nos están haciendo bien pero en realidad resulta que son perjudiciales para nuestro hígado. Un mal funcionamiento del hígado hará que las toxinas de la sangre no se eliminen correctamente, además el hígado almacena la mayoría de los nutrientes y proteínas que necesita nuestro organismo. Un mal funcionamiento del hígado puede dar lugar a varias enfermedades, algunas de ellas mortales. Es necesaria una alimentación correcta y unos hábitos de ejercicio adecuados para cada persona.

Descubre cuáles son los alimentos más perjudiciales para el hígado y consulta con tu médico o nutricionista cómo puedes reducir su consumo para gozar de buena salud.

¿Qué alimentos pueden dañar el hígado?

En nuestra alimentación diaria, muchas veces no somos conscientes de cómo va a afectar a nuestro organismo la comida que ingerimos. Pensamos que una pequeña cantidad de algo, comer un tipo de alimento de vez en cuando, no va a ocasionar ningún trastorno a nuestros órganos. Sin embargo, algunos alimentos sí nos perjudican, especialmente a aquellas personas que tienen algún problema de salud. La alimentación es muy importante para nuestro cuerpo y también para nuestro estado de ánimo. Una persona que se cuida, haciendo algo de ejercicio y eligiendo la comida que ingiere, se siente mucho mejor, su autoestima y su calidad de vida aumentan y su vida social mejora. Algunos de los alimentos que perjudican a tu hígado son:

Grasas animales

Si bien es cierto que el cuerpo necesita ingerir grasas, algunas de estas pueden perjudicar el hígado de aquellas personas que sufren alguna enfermedad como insuficiencia hepática, cirrosis, hepatitis o cualquier otra patología relacionada con el hígado. Entre ellas se encuentra la mantequilla, la nata, la carne roja, el chocolate y cualquier tipo de producto lácteo que contenga mucha grasa.

Alimentos precocinados y procesados




Los alimentos precocinados y los alimentos procesados, como puede ser la bollería o los alimentos envasados, contienen una gran cantidad de conservantes, aditivos y grasas perjudiciales, que son utilizados para que el alimento esté conservado el mayor tiempo posible. Para el hígado es difícil eliminar estos elementos.

La sal

El exceso de sal hace que aumente la retención de líquidos. Alimentos como los encurtidos, el jamón, la panceta, los alimentos sazonados, entre otros, perjudican al correcto funcionamiento del hígado. Además, es un componente frecuente en los alimentos que suben la tensión arterial a menudo.

Frituras

Si bien es cierto que el aceite de oliva aporta numerosos beneficios para la salud, si el aceite utilizado es de mala calidad (sea de oliva o de girasol), como puede ocurrir con la comida envasada o los snacks, los compuestos y las grasas saturadas que se crean provocan una acumulación de grasa y toxina, ello hará que el hígado esté sobrecargado.

Exceso de proteínas

Las proteínas son necesarias para el organismo, sin embargo, un exceso de proteínas puede ser perjudicial para el hígado pues sobrecargan su función, ya que debe eliminar el exceso de toxinas que se producen al ingerir proteínas. La cantidad de proteína que se debe ingerir al día son dos gramos por kilo de peso. Las personas que realizan deportes en los que sus músculos se ven muy forzados, deberán ingerir mayor cantidad de proteína para compensar el desgaste, pero llevando una dieta adecuada para su salud y circunstancias. Siempre se debe consultar con un especialista, tanto si se realiza deporte como si no, pues cada cuerpo es distinto.

Azúcar

Un exceso de azúcar puede provocar un hígado graso y fibrosis, entre otras enfermedades como obesidad, diabetes y problemas cardiovasculares. Se ha de tener en cuenta que el azúcar también se encuentra en los refrescos.

Alimentos animales crudos o semicrudos

Los alimentos crudos o semicrudos, como pueden ser el marisco y el pescado, son alimentos prohibidos para el hígado, peligrosos para todas las personas pues, en algunas ocasiones, son el motivo de una infección intestinal o hepática. Para las personas que sufren algún tipo de enfermedad relacionada con el hígado este tipo de alimentos son especialmente dañinos, pues contienen microorganismos que perjudican al hígado.