9 hábitos saludables para hacer bien la digestión

Cómo tener una buena digestión

Nuestro cuerpo es como una máquina. Lo que comemos es la gasolina necesaria para que el cuerpo pueda funcionar a todos los niveles, desde el ámbito a celular a el mantenimiento de todos los sistemas. Pero claro está, no es suficiente comer y beber, más importante si cabe es hacer una correcta absorción intestinal y eso tiene que ser gracias a una correcta digestión. Descubre los mejores hábitos saludables para hacer bien la digestión y evitar acidez o pesadez después de las comidas.

¿Qué hacer para tener una buena digestión?

Al mejorar nuestro proceso digestivo, conseguimos incorporar y asimilar mejor los nutrientes procedentes de los alimentos. Esto se traduce en que satisfacemos nuestras necesidades nutricionales y energéticas y tendremos un mayor bienestar, incluso mejora nuestro sistema inmunológico con lo que podemos hacer frente a virus, bacterias, infecciones y nos hacemos fuertes frente a alergias. En cambio, un proceso digestivo sobrecargado, pesado, doloroso requiere más energía para ser procesado, reduciendo el rendimiento en la absorción intestinal lo que hace que nos sintamos cansados e incluso mareados. Una correcta digestión hace que uno se sienta más vital, ya que no se requiere de tanta energía para ser llevado a cabo.

Las digestiones inadecuadas puede necesitar entre 8 y 14 horas, ó más, en cambio una comida saludable sumado a un correcto proceso digestivo se realiza entre 3 y 4 horas. La diferencia de energía entre un proceso adecuado y otro inadecuado es enorme, además de que se evitan los temidos cortes de digestión. La energía ahorrada que uno tiene a su disposición se puede emplear en otro tipo de actividad sin tener que hacer rendir a un nivel exigente a nuestro aparato digestivo. Los hábitos saludables para mejorar la digestión que proponemos son los siguientes.

  1. Masticar más y mejor. Hay que masticar lentamente empleando cada tipo de diente en su función para asegurar que los alimentos estén lo más procesables posible. Nuestro estómago no es una trituradora, la función de triturar pertenece a los dientes.


  2. No beber y menos alcohol. No es recomendable beber durante las comidas, y mucho menos ciertos tipos de bebidas. Beber hace que diluyas jugos gástricos, lo que puede dificultar el proceso digestivo provocando gases
  3. No comer en exceso. A veces comemos por la vista y hace que comamos en exceso mezclando en cantidad y en tipo muchos alimentos. Es una actitud perjudicial para el aparato digestivo.
  4. No acostumbrarnos a las dietas rígidas. Otra actitud no recomendable es no seguir dietas estrictas ya que suelen generar ansiedad y mucha ansia por comer provocando un desequilibrio en nuestro metabolismo y nos desconectan de las necesidades reales de nuestro cuerpo.
  5. Tener una hora fija de comida. Es muy efectivo comer siempre en horarios regulares siendo el desayuno la comida más importante y la más fuerte, siguiendo con comidas no cargadas y cenas light.
  6. Descansa y no duermas después de comer. Por último es recomendable un descanso después de cada comida. No tumbarse justamente después de una comida. Asimismo, el cuerpo por la noche está más relajado y ya no funciona a un rendimiento tan elevado, por lo que comer en exceso puede provocar directamente que haya elementos que no pasen por el control digestivo y queden acumulados, alterando el orden con consecuencias muy negativas
  7. Relajarnos antes de comer. Vivir en un estrés crónico diario acarrea malas digestiones e hinchazón abdominal. Además de que no se logra reponer energéticamente nuestro cuerpo de semejante déficit energético.
  8. Practicar deporte. Es recomendable hacer algún tipo de deporte con lo que podamos practicar ejercicios y así favorecer la circulación sanguínea muy necesaria para el proceso de absorción intestinal. El deporte impulsa la segregación de hormonas y enzimas. Incluir abdominales en la tabla de ejercicios ayuda al sistema digestivo
  9. Ayúdate de ciertos complementos naturales. No está de más incluir ciertas enzimas digestivas que nos ayuden a mejorar nuestros procesos digestivos como el kéfir casero, el chucrut o el miso