Los beneficios de practicar ejercicio en la playa

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Cuando llega el buen tiempo, casi siempre asociamos la playa con la tranquilidad de tumbarnos al sol, el gozo de comer algún aperitivo y tomar una bebida refrescante en un chiringuito en la arena y la diversión de darnos un chapuzón y jugar con las olas del mar.

Pero también es importante saber que si practicar ejercicio es saludable de por sí, hacerlo en la playa aún lo es más. Y esto se debe a varias razones que vamos a comentar a continuación.

Por qué hacer ejercicio en la playa es tan saludable

En primer lugar, porque en lugar de realizar tu deporte habitual encerrado en un gimnasio lo haces al aire libre, y no en la ciudad, donde la contaminación ambiental es elevada, sino en la playa, que gracias a su distancia de los núcleos más poblados y a la brisa marina que renueva el ambiente constantemente, te ofrece uno de los aires más puros en los que puedas practicar tu actividad física favorita.


La arena de la playa conforma un terreno nada uniforme que es muy beneficioso para la musculatura. Seguro que habrás oído en más de una ocasión aquello de que caminar por la playa es muy bueno para los pies. Pues bien, esto es aplicable a todo el cuerpo cuando hacemos deporte en la arena, ya que este medio ofrece una resistencia natural a nuestros movimientos que nos obliga a hacer un esfuerzo extra en cada uno de ellos, con lo que nuestra musculatura crece para adaptarse a él. Lo notarás tanto si corres, juegas a las palas, al voleibol o al fútbol.

Además, tomar el sol es muy saludable si se hace bien y en las dosis adecuadas, así que si empleas la protección adecuada y la vas renovando cada 2 horas o cada vez que salgas del agua, conseguirás que tu cuerpo genere más vitamina D, fundamental para la absorción del calcio y del magnesio tan necesarios para nuestros huesos. ¿Y qué mejor que tomar el sol en la playa a la vez que haces deporte?

Estamos hablando de hacer deporte en la playa, y si hay algo que destaca en cualquiera de ellas es el agua del mar, así que… ¿y si nadamos un poco? Nadar en el mar, siempre que no te alejes demasiado de la orilla y lo hagas cuando haya bandera verde, es tan saludable como hacerlo en la piscina, con la diferencia de que el agua del mar en constante movimiento ofrece tanta resistencia para nuestros músculos como lo hace la arena en tierra firme, así que si sabes nadar correctamente anímate, tu cuerpo lo agradecerá.

Por último, está el simple hecho de que la playa es un entorno bello, relativamente virgen y lleno de elementos que nos conectan con la naturaleza y nos aportan serenidad, felicidad y diversión, tan necesarios cuando hacemos una pausa en nuestra ajetreada vida cotidiana. Todo ello es sinónimo de salud.