Así como el modo de vestir influye en la impresión que la gente se lleva de uno a primera vista. El uso que le damos también ejerce cierta influencia, pero en la presión que ejercemos sobre nosotros mismos. Los jeans apretados, las correas muy ajustadas, y otros pueden estar ayudando el desarrollo de várices. Veamos de qué se trata.
Ejercer presión sobre nuestro cuerpo puede cortarnos, aunque sea muy levemente la circulación. Es en este punto en el que debemos tener mayor cuidado al vestirnos. Los tacones por ejemplo, mientras más altos, exigen mayor presión de nuestros pies y piernas y no conviene usarlos muy frecuentemente si ya tenemos várices.
Usar ropa demasiado ajustada solo favorece a ejercer mayor presión sobre el cuerpo. Y esto no resultará para nada conveniente, sobre todo, si presionamos zonas en las que tengamos arterias principales. Si no nos queremos provocar la aparición de várices tengamos en cuenta este tip.