Síndrome de cushing

El Síndrome de Cushing se caracteriza por un conjunto de síntomas diferentes que ocurren cuando existe un aumento de los niveles de unas sustancias denominadas Glucocorticoides.

Los glucocorticoides pueden ser introducidos en el organismo desde fuera formando parte de fármacos esteroideos, sin embargo también suponen un tipo de hormona que se sintetiza en una glándulas situadas sobre los riñones denominadas glándulas adrenales o suprarrenales. A su vez la síntesis y secreción de los glucocorticoides por las glándulas suprarrenales es estimulada por otra hormona llamada ACTH (hormona adrenocorticotropa) que es sintetizada en una glándula denomina hipófisis situada bajo una región del sistema nervioso central denominado hipotálamo.

Los esteroides son sustancias creadas en la corteza de las glándulas suprarrenales a partir del colesterol que dan lugar a diferentes tipos de hormonas que van desde los glucocorticoides y los mineralocorticoides hasta las hormonas sexuales como los andrógenos.

La función de los glucocorticoides como el Cortisol está relacionada básicamente con la protección del organismo en las situaciones de estrés, de forma que entre sus misiones destacan las relacionadas con la regulación del metabolismo, ocasionando aumento de azúcar en la sangre, la degradación de proteínas y de lípidos. Además otras funciones se relacionan con sus propiedades antiinflamatorias, inmunosupresoras y tienden a aumentar el agua corporal reteniendo líquidos. Los mineralcorticoides presentan una misión relacionada con el aumento del sodio y agua en sangre y por lo tanto de la tensión arterial. Los glucocorticoides tienen además un efecto débil de mineralocorticoides.


La sintomatología del Síndrome de Cushing es muy característica y variada, y generalmente revela el efecto que tienen los corticoides en el organismo.

Suele existir una obesidad de una distribución característica, debido a que la grasa se acumula en la región abdominal y posterior del cuello dando un aspecto de giba de búfalo, con una cara en forma de luna llena, y extremidades muy finas con importante atrofia muscular en los casos más avanzados. Suele existir frecuente caída de cabello aunque también aparecen rasgos de virilización, más llamativo en mujeres donde aparece vello en localizaciones más típicas de los hombres, calvicie, trastornos menstruales en mujeres y agrandamiento del clítoris por cierto efecto similar al de las hormonas sexuales androgénicas.

Suele llamar también la atención la aparición de lesiones cutáneas como estrías de color rojo vinosas, principalmente en el abdomen, ácne, y fragilidad de los capilares con formación de hematomas o moratones frecuentes. Es frecuente la osteoporosis acelerada por el efecto de los corticoides sobre la descacificación de los huesos y una deficiente cicatrización de la heridas.

Debido al efecto de los glucocorticoides en el metabolismo de los hidratos de carbono suele existir un aumento de azúcar en la sangre manifestada en forma de intolerancia a la glucosa. Además por el efecto mineralocorticoide débil que presentan los glucocorticoides es frecuente la tendencia a la retención de líquidos y sal produciendo hipertensión arterial.