La gripe, también llamada Influenza, es una enfermedad infecciosa aguda, epidémica y pandémica, de rápida transmisión.
Es causada por el virus Influenza que afecta las vías respiratorias, sobre todo en época invernal. Este virus tiene la capacidad de modificarse, lo que permite que una persona pueda infectarse varias veces en su vida e incluso varias veces en un mismo año.
Presenta una evolución benigna en los pacientes previamente sanos, pero puede provocar grandes alteraciones y hasta la muerte en pacientes con trastornos previos. Se manifiesta con síntomas tanto generales como respiratorios.
Síntomas
El período de incubación es breve, con una variación entre 18 y 72 horas. La presentación clínica puede ser muy variada, ocasionando desde cuadros leves a grandes alteraciones del estado general en pacientes previamente enfermos.
La gripe se caracteriza por un comienzo brusco con síntomas generales que incluyen:
- cefalea o dolor de cabeza
- dolor muscular (mialgias)
- dolor articular (artralgias)
- cansancio y decaimiento (astenia)
- falta de apetito (anorexia)
- fiebre, generalmente alta
- escalofríos
También están presentes manifestaciones respiratorias como:
- tos
- coriza o congestión nasal
- disfonía
Tratamiento
En casos no complicados se realiza tratamiento sintomático de la cefalea, las mialgias y la fiebre con analgésicos y antipiréticos como el paracetamol. Deben evitarse los salicilatos en menores de 18 años por el riesgo de generar un Síndrome de Reye. Se recomienda reposo e hidratación.
Existen algunos antivirales que se utilizan para el tratamiento específico de los pacientes con gripe como la amantadita y la rimantadina para la gripe A, y el zanamivir y el oseltamivir tanto para la gripe A como para la B.
El tratamiento de la neumonía viral, una de las complicaciones de la gripe, se basa en mantener una oxigenación adecuada ya que los antivirales no son útiles en estos casos. Si se presenta una neumonía bacteriana secundaria o una neumonía mixta se debe medicar empíricamente con antibióticos.