La Universidad de Tundee está realizando una revisión sobre el contenido de las grasas y sus efectos sobre el asma. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), 300 millones de personas tienen asma y la mayoría es el resultado de una respuesta alérgica inadecuada del sistema inmunitario al inhalar sustancias del medio ambiente.
Aunque algunas personas son alérgicas a determinados componentes de los alimentos, cada vez es más evidente que el contenido de la dieta puede afectar al sistema inmunitario. Componentes matemos y dietas tempranas en las primeras etapas de la vida pueden influir en la función inmunológica de los niños y el asma. Se ha especulado con que los distintos tipos de grasas en la dieta tienen efectos pro y antinflamatorios, pero los resultados de los estudios son contradictorios.
El asma y la obesidad son dos condiciones que casi simultáneamente han alcanzado niveles de epidemia en a1gunas sociedades. Hay pruebas de que la obesidad provocada por una mala alimentación altera la función inmune del organismo y no hay duda de que una dieta alta en culonas y con alto contenido en grasas conduce a la obesidad.
Sin embargo, existe información científica contradictoria sobre si la obesidad está relacionada con el asma Mientras se intenta evitar la obesidad, cada vez mas pruebas van demostrando que las grasas por si solas no necesariamente predisponen a sumir síntomas de alergia.