Hablamos de un brote en el lupus cada vez que los síntomas de esta enfermedad aparecen. Los brotes pueden aparecer y desaparecer cada cierto tiempo. Por ejemplo, existe la posibilidad de que una semana tengas inflamación y ronchas y a la semana siguiente no veas ningún síntoma.
Cada vez que una persona con lupus está expuesta al sol, sentirá que los síntomas de la enfermedad se intensifican. También cabe la posibilidad de que aunque una persona con lupus tome los medicamentos, los síntomas empeoren.
Cuando una persona con lupus aprende a reconocer que un brote se acerca, le ayudará a prepararse para lidiar con él. Antes de un brote, muchas personas se sienten muy cansadas, tienen dolor, les sale una roncha, les da fiebre, malestar en el estómago, dolor de cabeza, o mareos.
Para prevenir los brotes debes tomar ciertas precauciones, las cuales podrían ayudarte, entre ellas, limitar su tiempo de exposición al sol, y tener suficiente descanso y relajación.