A estas alturas está más que claro que descansar correctamente es fundamental para mantener un buen estado de salud. Si dormimos lo necesario nos levantamos al día siguiente más descansados, con mayor energía y listos para afrontar una nueva jornada con un buen estado de ánimo.
Y no solo es importante para estar despejado y renovar energías: dormir bien puede ayudarnos a adelgazar, o si estamos en nuestro peso permitir que lo mantengamos sin mucho esfuerzo. ¿Sabes por qué?
Esto es así debido a que la falta de sueño activa la segregación de una hormona que recibe el nombre de ghrelina, que aumenta el apetito. Así, si duermes poco tu cuerpo demandará mayor cantidad de alimento, lo que hará que subas de peso. Por el contrario, si duermes las horas que tu cuerpo necesita, segregarás leptina, que le indica a tu estómago que está saciado. De este modo solo tendrás hambre cuando realmente necesites comer. Además, si estás cansado por no haber dormido lo suficiente, ¿de dónde sacarás las fuerzas para realizar ejercicio físico diario y mantenerte en forma?
Así pues, vamos a ver cuáles son las pautas para tener un sueño reparador que nos ayude a estar en nuestro peso ideal:
- En primer lugar, para tener un sueño de calidad es fundamental dormir en un colchón adecuado, sobre una cama o litera cuya estructura lo mantenga firme y sin que se hunda con tu peso.
- Si ya tienes este aspecto cubierto, lo siguiente es tener en cuenta tus horarios para saber cuándo acostarte. Si debes levantarte para acudir al trabajo a las 7 de la mañana, acuéstate como mínimo a las 11 de la noche, o no dormirás 8 horas, que son las recomendables para un adulto.
- Evita la siesta. A muchas personas les cuesta conciliar el sueño por las noches, ya que la tarde previa han dormido la siesta. Este pequeño descanso después de las comidas puede ser muy apetecible con el estómago lleno, pero muchas veces tiene esta contrapartida: le resta horas de sueño a la noche. Si vas a hacer la siesta asegúrate de dormir como máximo 20 minutos. Para ello ponte una alarma y no la aplaces. Verás que con ese tiempo es suficiente para recuperar fuerzas para lo que queda de tarde y por la noche concilias el sueño sin problemas.
- No te acuestes inmediatamente después de haber cenado. Irte a dormir con la panza llena provoca que tu estómago empiece a hacer la digestión mientras duermes, lo que te producirá un sueño incómodo y seguramente tengas microdespertares, pequeños desvelos de los que apenas nos damos cuenta pero que interrumpen el sueño, levantándonos fatigados al día siguiente o con la sensación de haber dormido poco aunque nos acostemos pronto.
- No consumas cafeína o reduce la cantidad que ingieres. Al tratarse de un estimulante, puede tenerte con los ojos abiertos durante toda o gran parte de la noche, así que procura no tomar demasiado café o refrescos que la contengan.
Si sigues todos estos consejos, seguro que podrás dormir plácidamente todas las noches y pronto sentirás en tu cuerpo los beneficios que ello conlleva.