Sin saberlo, y sin querer, a lo largo del día realizamos varias acciones cotidianas que están contaminando el planeta. Además de resultar un gasto muchas veces innecesario a lo largo del año, tenemos algunas costumbres que serán perjudiciales no únicamente para el planeta, también para la salud, la calidad y forma de vida de sus habitantes.
Las consecuencias de la contaminación son varias, a corto plazo minan la salud de los seres vivos que habitamos en él, pero además a largo plazo, y como consecuencia del calentamiento climático, habrá más pobreza, se producirán mayores éxodos e incrementará la violencia. Repasa estos ejemplos para ver cómo contaminamos el planeta sin darnos cuenta, a continuación.
¿Cómo contaminamos el planeta a diario?
Algunas acciones que realizamos a lo largo del día, y que pensamos que son acertadas, no lo son. A veces la rutina, la comodidad o la desinformación hacen que olvidemos, o ignoremos, estas acciones. Evitando algunos de estos hábitos diarios estamos protegiendo al planeta y a nuestra salud.
- Utilizar velas. Una cena romántica o pensar que es buena idea utilizar velas en lugar de gastar electricidad puede no ser una buena decisión si no se eligen las velas adecuadas. Las velas comunes, de cera de parafina, están compuestas por petróleo, al encenderlas emanan mercurio, plomo, acetona y benceno. Una buena opción es utilizar velas hechas con soja o cera de abeja.
- Un deficiente cuidado de los electrodomésticos. Cuando elijes un electrodoméstico, es preferible que este tenga el menor consumo de energía posible. Son los que están catalogados como A+++; además de pagar menos en tus facturas de luz y agua estarás contribuyendo a cuidar el planeta. Del mismo modo, asegúrate de que tus electrodomésticos, ya sean viejos o nuevos, funcionan correctamente.
- Dejar enchufado el cargador del móvil. O cualquier otro aparato que no sea necesario. Además de pagar más por la luz, estás perjudicando al planeta.
- Utilizar envases de plástico. No siempre es posible evitarlo; en los supermercados, en nuestra vida cotidiana, el plástico siempre está presente. Sin embargo, puedes optar por comprar productos que no están envasados cuando compras fruta o verdura, por ejemplo, y no olvidar llevar tus bolsas reutilizables.
- Ir en coche o moto cuando no es realmente necesario. Si bien es mucho más cómodo utilizar tu coche o tu moto, en ocasiones puedes llegar a los sitios en bicicleta, caminando o en transporte público. Además de proteger al medio ambiente, es más barato, divertido y aumentará tu vida social.
- El uso del extractor. El extractor consume energía y no siempre es necesario. Si tu cocina tiene ventana, procura abrirla en vez de utilizar el extractor si no es totalmente imprescindible.
- Productos de limpieza. Si eliges productos de limpieza químicos, sus componentes se quedarán en nuestras aguas. Existen opciones naturales para la limpieza, menos agresivas, más baratas e igual de eficientes.
- Uso irresponsable del agua. En muchas ocasiones no somos conscientes de la gran cantidad de agua que desperdiciamos, lo somo únicamente cuando existe una avería y no tenemos agua. Es en esos momentos en los que debemos darnos cuenta de si realmente necesitamos dejar un grifo abierto o de si necesitamos gastar tanta agua para lavar un objeto.
- El protector solar. Algunos cosméticos, entre ellos algunos protectores solares, contienen elementos que pueden contaminar el agua.
- Alimentación. Comer frutas y verduras fuera de temporada daña el medio ambiente, debido a los recursos que se necesitan para su cultivo y transporte. También puedes optar por construir tu propio huerto en casa, cultivar tus alimentos te resultará muy gratificante, te relajará, hará que te sientas mejor y es más sano. Además, aprenderás sobre los ciclos de la Naturaleza y de ese modo se siente un mayor respeto por el planeta.