¿Cómo ayudar a un/a alcohólico/a?

Lo más importante a nivel familiar o social para ayudar a una persona que sufre alcoholismo es hacerle ver que estamos de su parte y que lo único que queremos es poder seguir disfrutando de la vida con él/ella. Eso le dará un objetivo emocional basado en la necesidad de las otras personas de verle bien. Sentir que hay gente que lo necesita es la clave para que vuelva a fijarse metas y tenga razones para mantenerse sobrio/a.

Por otro lado, es muy importante no culpabilizar al alcohólico/a. Debemos ser conscientes en todo momento de que padece una enfermedad y una adicción. Eso nos ayudará a mantenernos muy cerca del enfermo y a intentar nuevas estrategias para conseguir su curación.

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El entorno de una persona alcohólica es la clave.

Cuando una persona es alcohólica, no solo sufre consecuencias físicas sino que también su estado psicológico se ve gravemente afectado al tiempo que sus relaciones sociales y familiares se van desgastando cada vez más. Cada vez se va sintiendo más sola y eso es lo peor que le puede ocurrir. Los círculos de apoyo y el entorno socio-familiar de una persona que sufre alcoholismo son una parte fundamental e imprescindible para lograr su mejoría. Y aunque a veces puede resultar difícil, las personas que lo rodean deben imponerse sus propios retos y objetivos para no dejar en el abandono al enfermo.[/box]

Claves y consejos para ayudar a un alcohólico a salir de la adicción.



  • No desistir nunca y seguir haciéndole saber que lo necesitamos sobrio para ser felices.
  • Aprovechar los momentos en los que está sobrio para mantener diálogos sobre lo que cada uno quiere de la vida, los gustos, las aficiones...
  • Tratar el tema del alcoholismo como una enfermedad de la que se va a curar, con la ayuda de toda la gente que le rodea.
  • Hacerle ver que hay mucha gente que espera su recuperación y que hay muchas cosas que hacer una vez esté curado.
  • No culpabilizar al alcohólico es muy importante para mantener el vínculo emocional y la confianza.
  • Intentar compartir actividades y momentos de sobriedad, para generar nuevos vínculos y círculos sociales más allá del alcohol.
  • Cuándo dialogamos con una persona alcohólica nunca debemos acusarlo de mentir o de hablar sin coherencia. El alcoholismo empuja a los adictos a crear excusas y mentiras para seguir bebiendo, pero acusarlos solamente romperá la confianza y afectará a las relaciones. Mucho menos si es una conversación en público, donde hay otras personas participando. Eso le quitaría toda la credibilidad frente a los demás y afectaría gravemente a su autoestima.